Critica de cine y las
ideas distorsionadas de la realidad
Si bien, uno, al leer un
libro, queda expuesto a una realidad distorsionada e incluso irreal,
también es cierto que todo es producto de nuestra imaginación; no
podemos asignarle ningún tipo de responsabilidad al autor por lo que
uno deduzca del libro, incluso cuando está explicito. Ahora bien,
cuando hablamos de cine la situación cambia, porque allí no estamos
haciendo uso de nuestra imaginación, más bien se nos muestra una
realidad a todo color.
No será ni la primera ni
la última vez que una persona haga alguna acción inspirada en lo
que ha visto en una película, sobre todo los niños tienden a imitar
lo que pasa en estas historias.
La situación con el cine
es que al poder recrear una situación imaginaria le dan un toque de
veracidad casi peligroso, sobre toda para aquellos que no tiene la
capacidad de distinguir entre lo que es posible y lo que es
imposible.
El cine es responsable de
la alta creatividad de los niños gracias al contenido que muestra,
que no en todos los casos es malo o negativo, pero que si hay
referencias para regalar. Ahora bien ¿Quién tiene que tomar la
previsión: el cine o el ser humano? creo que, en todo caso, la
responsabilidad es de cada uno de nosotros, y en el caso de los
niños, el padre es quien debe explicar como no todas las situaciones
que parecen en la pantalla grande son verídicas.
Por supuesto que los
niños son los mas susceptibles a creer que lo que aparece en una
película es posible, pero los adultos no se quedan atrás, muchos de
nosotros hemos sido influenciados por las acciones de los personas
del cine.
El cine, sobre toda las
cosas, nos ha hecho creer, o bien que todas las puertas de las casas
están abiertas, o bien que con una patada, forzando la cerradura de
manera sencilla, o cualquier otra técnica absurda uno puede acabar
con la seguridad; llega al punto de ridiculizar la labor de quien se
encargan de proveer estos servicios. Mas de uno, ante una situación
de perdida de llaves, ha emulado lo que ha visto en le cine, para
luego darse cuenta de que ha perdido el tiempo.
El referente visual que
nos deja el cine es muy poderoso y es lo que hace que uno se crea
capaz de hacer incluso lo imposible, aunque siempre hay que recordar
que uno mismo tiene el poder y la voluntad de decidir cuanto nos
afecta el cine.